Se cobran merecidas venganzas en el Viejo Oriente mientras que el Príncipe de las Noches aguarda en su castillo Bornearense. Otros tiempos. Nada le preocupa. Quizás por ese acuerdo implícito jamás redactado donde queda sentado que solo se unen en el escenario. Son actores y quieren actuar. O tal vez, por que se sabe merecedor de tamaño castigo. Una sociedad sin hasta que la muerte los separe. Pero da gusto verlos juntos en el plató. O en las revistas del corazón. Con sus ambientes tan página de catálogo y sus sonrisas colgate. Sus ropas caras. Su alto contraste. Quizás ella se haya cansado de llorarle a la vida de telenovela venezolana. Ya se cansó de ese papel, ahora quiere hacer de mala. Pero no critiquen lo que no pueden entender porque los tiempos están cambiando dice Dylan. En Hills es otra cosa. La familia espera a la dulce pareja. Experiencia culminada. Pero aún quedan balas. Hay un par de pájaros por tomar. En el regreso solo pido alguna noche al año. Convención en el mar que da plata para el año entrante. Atrás quedará su fiel escudero, el Negro de la Gente. Con muchas guerras por librar. Vengando en solitario a cada uno de nosotros. Cabalga salvaje. Recorre, vive y crece. Que en la ciudad donde Rosa río se aguardan noticias que alivien años de ausencia. De idas y venidas. Puede ser que no haya venido con un pan bajo el brazo y en cambio haya traído templanza. Quizás el modelo esté agotado. Su antaño Robin de sweaters náuticos los espera con el monumento como testigo. El está porque es de los de fierro. De los que bancan todo. De los que ponen la otra mejilla o el pecho. Tiene los códigos del Coco. Calle. Eso que en la península se extraña. Soplan vientos de cambios y soplan en el viento. En las tierras del Libertador una familia se ilusiona. La menor no alcanza a comprender esta esperanza. No conoce de distancias. No sabe que todavía solo son dudas que atormentan las noches de llantos. ¿Soy capaz? ¿Estoy preparado? O son las mías. La semilla ha sido depositada. Solo queda esperar que se haya puesto en marcha algo importante. Noches que la situación sobrepasa y hay tiempo de pensar más lejos. Ojo. Yo, lo que haga falta. Cualquier sacrificio es poco. Soy el primero en tirarme al agua. Yo ya me subí a este tren. Volver a soñar con noches mágicas. Noches rusas. Soñar noches de amigos risueños ayer tan frecuentes y hoy tan cibernéticas. Sumar sin restar. Y llamar a los 4 jinetes del apocalipsis. Porque yo soy de los que piensan que de esta vida quiero salir marcado. Con mucho kilometraje. El asfalto cansa. Quiero campo traviesa. Subidas y bajadas. Vértigo. Adrenalina. Sin aliento. ¿Montaña rusa o tiovivo? ¿Qué somos? Tiburones. El traje lo quiero devolver todo hecho mierda.
8 comentarios:
vos lo dijiste, times are chagin´
perlita
Es lindo saber que alguien te espera del otro lado de charco. Te voy a necesitar. Con respecto al traje hay que devolverlo hecho mierda, sin dudas.
Buen comienzo, en el medio me perdí (lo sé, me pasa por curioso) y el final me metió el dedo en el culo. Obra maestra.
Abrazos
Andrés
Perla: tiresé a esa pileta. yo prometo estar ahí de guardavidas.
Sensei: solo pido una limosna de amistad.
Andina: disculpeme pero el ralaro está viciado de internas.
PERO CONVOCO A TODOS A QUE ME AYUDEN A GASTAR EL TRAJE.
100 % real. No falto ni sobró res. La foto, una delicia y un final de ensueño. Premio Chamigo para esta entrada.
EL REGIDOR
CUALQUIER SEMEJANZA CON LA REALIDAD ES PURA COINCIDENCIA
fantastico beto.
una pregunta: hay agua en la pileta?
saludos
perla
Hay agua y hay brazos fuertes.
Si la sentís, tirate.
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