julio, qué calles, qué aroma dulzón

Deale, agrande la pantalla y llene su pantaqalla de rock. Nanana.

Tarde feriada de miércoles. Tea time. Y ya son 3o los años sin Lennon. River enfrenta al puntero del campeonato. La señora de los dolores tiene tarde de canasta con masitas. Consigo la pequeña Lulú. Perdemos desde el vestuario. De pelota parada. El video está bueno. La tv ya tiene una rodilla en tierra en su combate con internet. Ya no te lo cuento, te lo muestro. Perdemos y ganamos. Información ilimitada versus relaciones impersonales. Ya no voy a tu casa a escuchar un disco que me compré esta semana. Ahora hay millones al alcance de un dedo y gratis. Download pichón. Pero, ¿qué posibilidad concreta hay de que yo me encuentre con Tomi Lebrero. Muy baja. Pero gracias a los que pelean contra las trompetas de la muerte que fui a dar con La Blogoteque. El Sensei ya me había comentado de la presencia argenta en el micro y fui a por ellos. Y fue en su espacio que dí con El Puchero Misterioso. Y River despide el primer tiempo y lo cierra con dejándose hacer otro gol. Y recibimos el segundo con un hombre menos [roja para Maidana, es que tiene esto mi viejo Sensei, si no estaría en el Milan] y para celebrarlo nos dejamos hacer otro más y ya son 3. Nos salva un gol de Velez para que no nos den la vuelta en casa. Otro perla es Pablo Malaurie. No sabés si es de verdad o te está jodiendo. Raro. Juglar anónimo le gusta hacerse llamar. Muy nasal. Y todo esto con una guitarrita de juguete. Que se yo. Una rareza. Vale la pena por distinto. Al final solo fueron 4. Y, esos días que te salen todas y para colmo a vos ninguna. Después me fui a la nueva oleda rock francés en inglés. Lo hacen sin ningún pudor. Phoenix. Creo yo, de los puntos más altos que ha dado el rock galo. Antes muchos y vendrán otros. Pero aplaudimos también a John & Jhen que a mí también me gustan mucho.