el hada verde

King Of Convenience. Hoy más tranquilo. Un agiornamiento de Simon & Garfunkel. Es que no hay mandarinas. Ayer como loco rayé la cáscara de mi lata y de entre los papeles de arroz pude sacar las últimas bocanadas de este naufragio. Fueron pocas pero fueron al fin. Tengo mono. Necesito anestesia para no necesitar dice el doctor. Y quememos las naves. Saquemos el néctar verde. Artistas malditos. Wilde, Baudelaire, Rimbaud, Manet, Picasso, Degas, Vas Gogh. Hay quienes se animan a contar que este último se cortó la oreja ebrio de la pósima. Y se fué. Sin quemar, como dicen los libros, con azucar y agua fría. Tesoro de mi segundo hogar. Y ya te extraño. Tus calles, tus olores, tu veneno. Cerceza. Beer. Hush. Amigo. Y sobretodo los pibes. Como loco te acepto un cacao. Como Andrelo. Un poco de humo para el cerebro. Aceite para las manos. No rola. Lo que rola de nuevo es la pelota. Cosa de locos. Fútbol para todos. O por lo menos para todos los que vivimos en Buenos Aires y nos llega el 7 por aire. Distribución de las riquezas. Menos la de ella, por supuesto. Todo sigue igual. Porque todo tiene que ver con todo. Secuestro de goles o de personas. Bizarro. La dictadura de acabó pero el dictador sigue al mando. Raro. Y el Diego, se presta para todo. Pobre. Pero nos devolcieron los goles y ahí están, los podés ver en todos lados. Por ahora todo visitante. De tripa corazón pero en la B. Uy mirá la hora que se hizo. Me voy a dormir porque esto no va ni para atrás. Mañana viene Luca. Seguro.