Entonces explotó la magia. Los equipos se conformaron rápidamente, naturalmente.
Sería un competitivo arco a arco, 4 participantes, dos futbolistas.
Rodó un balón numero 3 desgastado y la mística rockera bajo de las tribunas.
Defendiendo una de las porterías, ellos. Antiguos exponentes de lo que fue un fútbol rustico y desalineado. Viejas glorias expatriadas que no parecen haber pertenecido nunca a la elite del deporte.
Compuestos por un Melba que antaño se desempeño como incisivo wing derecho y que hoy ya no se proyecta ni defiende, que dejo olvidada su letal pegada 3 dedos y para colmo de males su actitud para con el equipo deja mucho que desear.
"Está desmotivado", dicen algunos. La verdad es que su nivel dista mucho de aquel que supo mostrar en la altitud de Bolivia o en las gélidas noches de Valldorsala. "Lo que pasa es que en aquel equipo jugaba bien cualquiera", se escucho bajar desde la popular.
Lo acompañó, en tareas mas defensivas, Sensei mágico.
Los que seguimos su trayectoria como profesional volvimos a Rosario preocupados por su bajo rendimiento individual. Es cierto que en sus tiempos de saguero lateral dio muchas satifacioines al Pepino mecánico (y pataditas al azar), pero creo que la hora del retiro lo espera a la vuelta de la esquina.
Por otro lado, nosotros. Calidad, sacrificio y técnica absoluta. Embajadores del buen gusto futbolistico, entrega y trabajo semanal a la vista de todos.
Parece mentira Julio, me comentaba un calificado periodista capitalino, a tu edad conservás la técnica y el despliegue como pocos. Y si...le conteste, siempre me cuidé mucho. Nunca me gustó la noche, solo trasnochaba cuando venia verón a casa a jugar al chinchon. Esa era nuestra noche..
Me acompañó, llegando desde atrás y aportando gran dosis de calidad y entrega, Beto poeta maldito. Capitán estratega del equipo. Manejo los tiempos del partido y dejo caer pinceladas de su juego exquisito (a pesar de olvidar su anillo).
La propuesta futbolistica solo estuvo manifestada de nuestro lado. Jugamos bonito a pesar que el resultado no nos acompaño por momentos y nunca nos metimos debajo de nuestro arco. Tratamos siempre de generar situaciones de gol a través de toque (sutil en casos) y gambeta elegante. Nunca un acto antideportivo, el fútbol ante todo y todos. Fútbol para todos!!(K)
Ellos, que se rasgaron las vestiduras hablando del juego mezquino del Inter frente al Barza, de que a tu gente no le podes dar esa imagen, y que tal y cual, se dedicaron a pegarle desde lejos, metiéndose en la comodidad de su propio arco a defender y a hacer fantochadas con las reglas de juego. Así no. Así estamos.
Por lo menos así lo veo yo.