still alive

Como un tucán, can, can, te echaste a volar. Y la situación te hace parar la pelota y mirarte como desde fuera. Y ahí estás vos y tu pregunta te dispara: _¿Viste cuando te queda ese poquito que se apaga antes de llegar a la boca? Te sentís miserable raspando el tuco del plato con un pedacito de pan. Pero vos sabes que dos tiros le sacás. Y que bien vendría ahora. No tener que picar y rolar ahora. Chispeas y nada. Chispeas y nada. No llega candela. Pero vas hasta al fondo y tirás el centro. El Cani alguna va a tener decía Apo, un día de mundial. Y la tuvo y gol. Que felicidad. Tanto esfuerzo no podía dejar de tener su recompensa. Y cuando nadie se lo espera, doblete. Se va el verano. Quemando los últimos asados en La Lucila De La Pileta. Y te debatís entre encender y no encender. Si ya metiste demasiada leña ahí. Tirate un cable a tierra. Más o menos así dice Rodolfo. Jueves ventosa noche. 19.30. Hecha la leña. Solo falta arrimar a las negras y chispear. Pero chifla El Viejo anunciando agua. ¿Doy rienda suelta? Mejor pregunto. Si nos hundimos, nos hundimos todos. Tengo la orden de acomodar los carbones. El fuego ya está en marcha. La salanización de las carnes. Regado con una Corona. Y la dulce espera. Beady Eye. El hermano malo nos acompaña. También se acercan unas fritas. La carne a las brasas. Los Trucos. Y la familia a la mesa. Unas entrañitas krocantis®. Mas música. Máscaras de Sal. Pero esto desde el sillón de mi castillo. Un castillo de arena que el mar pretende llevarse de a poco, como a los días de piscina. Mi Corona está en peligro. Llegaron a mi rumores hoy. Decían que tenía un traidor en mi entorno. Que conspiraba para que abandonemos el castillo y retornemos a nuestra acogedora morada antes que se desvanezca. El señor Calor no está de mi lado y se retira para el hemisferio Norte. Siempre siguiendo a nuestro dios Sol. Uh! Las 12.