allá vamos

Los Turistas
(Barcelona)

Los turistas son bellos como monumentos,
trayendo divisas se pasean contentos,
Rubios, australes, de portes sin iguales,
Aguerridos atleta de jugar a la paleta,
Van bajo el sol hasta que llega la noche,
Los quinquis del Chino les revientan los coches,
Llevan la ropa más limpia del mundo,
Valijitas de juguete, dientes de oro,
Se sacan fotos bajo los faroles,
Ponen cara de asco, si les sirven frijoles,
Los hambrientos del muelle los quieren abordar,
Los turistas brillan al costado del mar,
Las rubias, se enamoran de los negros,
Los negros, siempre cosa de negros,
Algunos van tan rojos como camarones,
Son el ojo desviado de los pobres ladrones,
Confunden todo, todo, todo (porque para eso están),
Pasan por el correo y se van a bañar.

Esta bellisima baguala nos dejó Miguel Ángel Peralta sobre la ciudad condal. Estoy muy por el norte. Me trajo la música. La misma que hoy me canta que el hijo de la peluquera volvió a Barcelona donde parece que es feliz. No se puede decir que no lo intentó. No. Te juro negrito que allá es mágico. Yo lo ví. Como a Lio con quien lo unen misteriosas similitudes. Rosarinos leprosos. Los dos de una gambeta endiablada. Distintos. De mostrar los tapones. Pero por sobre todas cosas por su bajo rendimiento con la albiceleste. Ells amb la samarreta tiu. Y allá partieron con las valijas llenas de sueños y el niño Mil bajo el brazo. El único que vuelve a su tierra. Federico esta vez no fue de la partida. Fue abandonado sin remordimientos. Incluso se habla de una patada cuando se quiso subir a la combi. Es que Julio prefirií trar el equipo que le costaba lo mismo. Una mancha en todo este episodio inconmensurable. Para los que quedamos la alegría de los amigos por encima de nuestro dolor. A cambio, seguramente, de más conexión. Habrá más escusas para ir. O para volver. Lo que sea mientras uno elija. Que toda esa valija se concrete.