Abstinencia casi total.
El ajetreo urbanístico no deja lugar a distracciones y una familia requiere sobriedad parental, aunque a veces, dejarse perder creo que es la mejor opción.
Incursiones en el casco antiguo trae nuevos recuerdos, viejas andanzas de jóvenes eternos (dijo el gran maestro).
Durante este ultimo largo periodo mi mente creyó que todo había cambiado, las noticias así lo presagiaron. Temí lo peor. En sueños vi una ciudad desolada, con letreros de se alquila y pabellones desérticos. Metamorfosis condal. Ya nada seria lo mismo...eso creí
Lo cierto es que todo sigue ahí, casi todo. En las calles, gente dispar buscando impulsivamente el regalo prometido, ríos de caminantes en portal del ángel y guiris en ojotas cantando a viva vos. Que lindos!creo que muchos de ellos son los jóvenes que nosotros fuimos alguna vez. Comprobé que hay tiempo para todos. Realidades paralelas.
Por ahora, la tierra Santa sigue estupenda (a vista de pajaro) y esperemos que estas hurracas avariciosas no se carguen su bohemio explendor.
Un admirador..
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