lunes, 22 de julio de 2013

crisis



Está raro. Viene rara la bocha. Se acabaron los lujos y un golpe fuerte en la mesa inician la reunión. Los tiempos dorados necesitan lustrabronces. Johnny Bravo anuncia que los reyes no percibirán ingreso alguno hasta que la crisis pase. Atónitos operarios rasos se miran y preguntan por los bajo a que lujos se hace referencia. Apenas lo podemos ver entre el humo de las máquinas que imprimen con los carros al rojo vivo. El amigo de Frodo y el gordo huyen al Montjuic por miedo a un posible alzamiento en la planta. El temor no es infundado,no. ¿Cómo quieren que a los trabajadores tomen el hecho de que desde el día de ayer las horas extras habrían cambiado su estado de remunerativas a de onda?. Hay que poner el pecho para que los de sangre azul puedan recorrer la comarca arriba de esos bellísimos caballos blancos. Y estos son los climas que debo atravesar con apenas dos meses en la empresa. Dead man walking susurran a mis espaldas. El 4 Beatles, el de la gente, sólo interrumpe para dejar en claro en que esto culpa de él no es, que su sector va de puta madre. Otra caída de esos ojitos claros y arremete y cercena los parates en 5 minutos. Nos abrazamos optimistas cuando al final nos promete que es cosita de unos tres meses. Es sólo un desbarajuste financiero debido a la desaceleración de la economía. Pero en los pasillos se comenta que es producto del consumo indiscriminado de meretrices y tatuadores. Mientras tanto, con mi amigo el Sensei nos permitimos dejar a un lado los fríos tapers a cambio de unos ñoquis a la carta de primer nivel servidos a la mesa como un par de veces al año nos merecemos. El suceso lo amerita. Una remada hacia la costa de los 50. Es lo que dice mi cuerpo. Mi cabeza rema más para los 20. ¿Y qué?

1 comentario:

Anónimo dijo...

A mi que no me toquen los cojones y me paguen lo que me deben.

Carlos el tanguero