También he notado, amigo lector, que la temática de las entradas que en su mayoría era festiva o desopilante va mutando hacia temas mas terrenales, ahora se comenta mas sobre el día a día. Vereda pura a pie de calle
En esta temporada rodó en mi cabeza el pensamiento de que que diferente era vivir la calle cuando eramos adolescentes. Quizás por la incomodidad que supone una vida relajada, me di cuenta (mientras esperaba en un semáforo) que mantener este tinglado social personal (aquí o allá) es muy costoso y requiere demasiado esfuerzo.
Razoné la idea de que a medida que el tiempo pasa vamos acumulando cachivaches inservibles y compromisos ineludibles. Alguien sabe alguna buena obra social?
Con cierta añoranza, recordé que bueno era vivir la calle desde otro lugar, mas liviano, sin el puto coche que me espera a mitad de cuadra y sin telefónica que me come la capocha vía SMS para que no deje de aprovechar una promo 2 x 1. Y como nos encontrábamos antes? No se, entonces era diferente.
Da un poco de yiu-yiu sentirme parte de esta cadena que no termina. De laburar para tener y de tener para cambiar por otro mejor. De que Beto se pregunte cual es su misión en la vida y si hubiera sido mejor tomar el camino que tomó Bruce Wayne. Quizás si, querido Beto, nunca se sabe.
Y tus viejos te molestan, te quieren ver triunfar, te quieren bien arriba en la escala social. Pero hay gente que no.
A mi, que estuve fuera de esta calesita por un tiempo, me da bronca tener que entrar a los codazos para manotear algún caballito, migajas de un sistema que si quiere te aniquila en dos minutos. Porque el señor de la sortija corta cuando quiere y se va a la casa, y que le vas a decir!
Bienvenidos a este pogo mortal y a no caerse amigo, que te pasan por arriba.
Y la casa es lo primero dijo Pasarella.
Por mi parte, sigo con la idea de formar o integrar una comuna (o como quieran llamarle), de vivir en compañía de gente amiga sin necesidad de salir de la burbuja, aunque quieran vendernos que es de vital importancia estar conectados con el mundo.
Vivir ayudando y sintiéndose parte de un colectivo, tomando decisiones grupales sin ningún corbatita que crea que sabe mas de nuestra vida que nosotros mismos. Sin bancos, ni logos, con fondos comunes y cooperando con otros productores. Alimentandonos con comida real y no con tomates hipoalergenicos. Teniendo tiempo para cuidar de la famila, los afectos y de alguna que otra plantita..